jueves, 1 de abril de 2010

Ella

No es que ella recuerde cada caricia que el le regaló, sino que en su cabeza revoloteaba la forma en como sus dedos rozaban con cierta timidez y pasión, la curvatura de su espalda, sus finas piernas y su no tan perfecta panza.


Jamás se percató pero ninguno de sus amantes había actuado asi anteriormente; el había hecho algo que lo destacaba del resto; cierta mezcla de dulzura (ya casi olvidada por ella) timidez hermosa y lujuria reservada. Así lo describió.


La vuelta a casa a la madrugada se veía interrumpida por su sonrisa que era imposible de ocultar; se mordía suavemente el labio inferior mientras caminaba por una de las avenidas mas grandes del mundo y por momentos podía sentir todo su cuerpo de vuelta junto a ella.



Los hombres que iban a trabajar la miraban diciéndole obscenidades, ella les era indiferente por primera vez en su vida; nadie le podía quitar de su mente ni de su piel esa sensación.



Cansada llegó a su casa, tomó un café y se acostó, la inundó el miedo ¿por qué no podía sacárselo de la mente? , justo ella que sabía jugar el juego, que iba segura a ganar ó directamente ni a apostar, la habían desvalijado y tan solo ¡unas simples caricias!



El día siguió su curso, aprovechó para juntarse con una amiga que hace tiempo no veía, le sonaba el celular y ella esperaba(aunque ya había aprendido a no hacerlo) tal vez un mensaje.



Recordó viejos amantes, los comparó, definitivamente el era distinto, el le había dado algo mas, eso era lo que tal vez la perturbaba...ella que creía que mas no se podía, que ya había conocido todas las formas, todas las sensaciones, le faltaba eso para completar su álbum de experiencias.


No voy a esperar nada, se dijo, ya sé como es esto, ya fué.


En ese momento escuchó un ruido, era la pc y él que se había ido de viaje la recordó saludándola con un simple hola, tal vez también recordando sus caricias.